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Las profecías de Dragon Ball Z. Por Argus Alexander




Pienso que Akira Toriyama, dibujante y guionista de Dragon Ball Z es un genio y su obra una prospectiva digna de un estudio serio, al menos de una tesis universitaria. Lo primero que profetiza Dragon Ball Z es una única empresa mundial. Esto en cierta forma lo prevé el Principio de Concentración del Capital de Marx, las empresas más fuertes van eliminando a las más débiles, y una inferencia arriesgada seria que lo seguirán haciendo hasta que al final quede una sola empresa global. Esta empresa mundial es denunciada en los libros de Daniel Estulín con el nombre simbólico de Sinarquía Mundial Sociedad Anónima. En Dragon Ball Z esta empresa se llama Capsule Corp y fabrica desde alimentos, pasando por viviendas, motocicletas, hasta naves espaciales. Al parecer, la idea de una empresa mundial no era negativa para Toriyama ya que en Dragon Ball, Capsule Corp es una entidad benevolente.

La primera emisión del comic de Dragon Ball fue en 1984, y la Segunda Guerra Mundial terminó en 1945. Recordemos que Toriyama vivió en un Japón que acababa de salir de la guerra más grande de la historia, y se encontraba en el bando perdedor, por tanto su obra reflejará un estado cultural transicional, hibrido de fascismo y democracia. Toda la obra de Toriyama, como el fascismo, es una defensa de la virilidad, del hombre masculino, de choque y musculoso.

Un punto en el que Dragon Ball Z es fascista es en la evolución de Goku, que es un símbolo de la humanidad. Este personaje es un hombre-mono que pierde su cola (se la corta Picollo, que aparece como símbolo de un agente civilizador violento como el Imperio Otomano invadiendo pueblos paganos). Mas tarde evoluciona y se hace rubio (nivel llamado Super Saiyan, fijate que son las siglas SS) evocando el símbolo nietzcheano del superhombre "la bestia rubia”. En este punto ya ha descubierto que es un extraterrestre, esto representa que en algún momento a la humanidad se le podría revelar que no es originaria de la Tierra. Lo que lo hace evolucionar a Goku es la ira, tal como en la historia de la humanidad las guerras mundiales nos dieron avances tecnológicos como la cirugía reconstructiva o el internet.

Goku defiende al planeta Namek del malvado Freezer, esto representa al Tercer Reich como aliado de Palestina contra la creación del Estado de Israel. Observa que los namekusei son verdes, que es el color preferido de los países islámicos. También los namekusei usan turbante, característico de esos países islámicos. Detente también en que salen del huevo del Gran Patriarca, habiendo ausencia total de sexo femenino. Goku defendiendo a los namekusei de Freezer, es el fascismo defendiendo al patriarcado, del azote del capitalismo. Y el capitalismo es algo gay, heterogéneo y ridículo como el “Equipo F”, los secuaces de Freezer. Freezer es frio, es el capitalismo que llena el freezer y vacía de alma al pueblo.

Era tan evidente el simbolismo fascista de Dragon Ball Z que tuvieron que hacer una historia posterior donde Goten y Trunks vencían al ejército de un dictador que evoca a Hitler, y recientemente la nueva serie Dragon Ball Super ha intentado hacer una inversión de la carga ideológica de la historia. Al final el planeta Namek es destruido (Palestina es usurpado por el Estado de Israel). Pero los namekusei son reubicados (históricamente equivale al nakba o éxodo palestino). La relación de los namekusei con la religiosidad del Islam, está representada en que el dios del planeta tierra es un namekusei, el Kamisama (en japonés Dios, en un sentido similar al cristiano o al islámico Allah).

Los profetas no sólo predicen el futuro, también interpretan el pasado y el presente a través de símbolos. Otra razón por la que considero a Toriyama un profeta es porque previó la existencia del GPS representado en el rastreador de las esferas del dragón. Básicamente un chip de ratreo, el Pokemon Go o cualquier otra aplicación que integre el Sistema de Posicionamiento Global fué adelantado por el rastreador de las esferas.

Los domos geodésicos del arquitecto Buckminster Fuller como la vivienda del futuro, es otra de las posibilidades latentes representadas por Dragon Ball Z. Si observas en el universo de Dragon Ball Z todas las viviendas tienen forma de iglú o semiesfera, la forma característica de los domos geodésicos. Estos domos son construidos por Capsule Corp, cuyo logotipo tiene la forma del mapa de la Atlántida, sugiriendo que el mítico continente fue un estadío perdido de Sinarquía Global al que regresaremos en un futuro. De la misma forma, la Torre de Karin, el largo cilindro que conecta la tierra con el Templo de Kamisama, equivale a un ascensor espacial unido a una estación espacial, viejo sueño de la ciencia ficción en el que están trabajando varias universidades del mundo.

El universo de Dragon Ball Z no es futurista sino atemporal, es decir en el convergen el pasado y el futuro de la tierra. Vemos dinosaurios conviviendo con naves espaciales, aunque estos pudieron ser resucitados al estilo Jurasic Park en un futuro, o tal vez lo representado es el pasado atlante. Es inevitable la sensación de que Toriyama está sugiriendo que el pasado y el futuro no son una línea sino que se unen en un bucle de tiempo formando un círculo de eterno retorno.

Las profecías de Dragon Ball Z. Por Argus Alexander

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